Recordatorio Hermandad de la Paz y Esperanza
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jueves, 2 de mayo de 2013
domingo, 28 de abril de 2013
Bajo la luz de tu mirada: Paz y Esperanza
Reportaje de los Titulares de la Hermandad de la Paz y Esperanza el pasado Miércoles Santo según el sentimiento hecho imagen de de José Luis Ruiz cuyo Blog Bajo la luz de tu mirada recomendamos visitar.
Humildad y Paciencia de Córdoba en San Miguel 2009
Primera Marcha: Tras de ti mi Cautivo. Segunda Marcha: ¡Oh Bendita Estrella!.
Recordatorio Humildad y Paciencia
viernes, 26 de abril de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
N.P.J. Humildad y Paciencia en Capuchinos
Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia en Capuchinos ayer mismo.
Recordatorio Luchar por lo mío
sábado, 20 de abril de 2013
miércoles, 17 de abril de 2013
domingo, 14 de abril de 2013
sábado, 13 de abril de 2013
jueves, 11 de abril de 2013
martes, 2 de abril de 2013
Córdoba os volverá a esperar
Tal día como hoy hace una semana fue Miércoles Santo. Un Miércoles Santo diferente porque las lágrimas de San Pedro impidieron que fuese como habíamos soñado. A veces, el destino hace que encontremos lo más bello en los instantes que parecen alejarnos de la plenitud... por eso queremos fundir en un simbólico abrazo, el sentimiento de dos de nuestros colaboradores y amigos, Antonio Poyato y José Barea, en este bella composición de imagen y palabra, de sentimiento al fin y al cabo, sintetizando en un único espíritu, el magnífico reportaje de Antonio y el precioso texto de José... Gracias a ambos
Córdoba os volverá a esperar
Gente de Paz
Córdoba os volverá a esperar
La Plaza respiraba un aroma extraño. El Rey y la Paloma de Capuchinos no derramaban Humildad, Paz y Esperanza por sus aceras el Miércoles Santo. El público buscaba a sus titulares por las esquinas, anhelando su mirada y aliento. Pero en el preciso momento en el que se conocía que en 2013 los costaleros, sus pies en la tierra capuchina, no acariciarían la calzada cordobesa, del corazón cofrade de su pueblo brotó un sentimiento común…
“Os volveremos a esperar”. El murmullo era inequívoco. Volveremos a aguardar el andar valiente del Señor de la Humildad y el dulce y elegante de la Paz y Esperanza. El abrazo que nos brinda Él y la caricia que nos brinda Ella. La abundancia dorada del misterio y la fina belleza plateada del palio. Las marchas poderosas y aflamencadas de la Agrupación de Santo Tomás y las melodías suaves de la Banda de la Estrella. Todo se reduce a Él y a Ella.
Córdoba volverá a encomendarse a vuestra mirada, volverá a esperar todo un año para disfrutar del esplendoroso Miércoles Santo, os buscará en vuestro templo, para susurraros eso que sólo os cuenta a vosotros… Córdoba, ese pueblo cautivo de vuestra humilde y esperanzadora mirada, sabrá aliviar la larga espera cada día y cada noche que pase buscando en su corazón la dulce caricia que le brindáis cada vez que vuestros ojos se cruzan con los suyos…
No soy hermano de la Hermandad, pero siento un gran cariño hacia ella. Espero que mis palabras agraden a la Gente de Paz y Humildad. Con ellas quiero mostrar lo que siento por esta Hermandad. Humildad, Paz y Esperanza; Paz y Esperanza, y Humildad: sentimientos que han calado hondo en mi corazón cofrade, que ya late en color verde y blanco....
José Barea
Recordatorio Miércoles Santo
jueves, 28 de marzo de 2013
En el candelero: El Miércoles Santo según las redes sociales
miércoles, 27 de marzo de 2013
En el candelero: Los Titulares de la Hermandad de la Paz y Esperanza la tarde del Miércoles Santo
Reportaje de los Titulares de la Paz y Esperanza momentos después del anuncio de suspensión de la Estación de Penitencia.
Recordatorio En el Candelero
En el candelero: Los Titulares de la Hermandad de la Paz y Esperanza tras la misa de nazarenos
Miércoles Santo. Así están los Benditos Titulares de la Hermandad de la Paz y Esperanza ahora mismo.
Recordatorio Miércoles Santo
martes, 26 de marzo de 2013
Miércoles Santo
El cielo de mi infancia era distinto al de ahora. Era más azul e intenso... Y aquella mañana, diferente a todas las demás. En aquel tiempo no había misa de nazarenos sin túnicas ni olor a incienso y todo era mucho más íntimo. Era una mañana de extraña quietud, de reunión familiar, de terminar de preparar los últimos detalles de todo. La túnica blanca, inmaculada, perfecta, colgada de una percha en un lugar preferente del cuarto. Y mi madre de aquí para allá acabándolo todo al mismo tiempo. Luego llegaba la hora del descanso antes de la multitud... era inútil, ¿quién podía conciliar el sueño en aquellos momentos?. Lentamente las manecillas del reloj nos iban aproximando a la hora de la Gloria. Y poníamos rumbo a la Tierra Prometida. Las calles de la ciudad se iban tiñendo poco a poco de túnicas blancas. Para cuando llegábamos a Colón, una auténtica marea de Paz y Esperanza se dirigía al altar de piedra al que reza toda Córdoba entre los ocho faroles de nuestra idiosincrasia… callada y silenciosamente.
Recogíamos nuestras túnicas en el armario de la secretaría de la Casa Hermandad, -entonces aún la sentíamos nuestra Casa-. Éramos de los que no vestían túnica hasta el último instante. Había mucho por hacer todavía. Accedíamos al Convento y gozábamos de una imagen maravillosa, lamentablemente irrepetible. La Iglesia era un océano de blanca pureza guardando un silencio diferente que destilaba ansiedad e ilusión. Entonces empezaba la misa… y Fray Ricardo… cómo echamos de menos aquellos momentos en los que la oración y el recogimiento se desarrollaba mientras mirábamos el reloj cada cinco minutos pensando que Ricardo nunca terminaría la Liturgia. Durante la comunión empezaba a escucharse la banda en pasacalles cuajando de alegría la plaza, que era ya un bullir de expectación. Era el instante de la acción de gracias y del recuerdo de todos aquellos que se habían marchado para vestir su túnica desde el Cielo. Sin darnos cuenta, Capuchinos se abría de par en par y toda Córdoba recogía entre sus brazos el blanco cortejo que empezaba a inundar de Paz las calles de la ciudad. Desde ese instante, las horas parecían volar y escaparse de entre nuestros dedos y en un abrir y cerrar de ojos, habíamos atravesado la angostura de Osario y entrado en los jardines de Colón… La Gloria misma entre las flores de la primavera… y el Cielo ante nuestra mirada.
Este es el legado que mis padres me enseñaron y el que quiero regalar a mi hijo. Sin títulos ni honores, sin pronombres ni bancas reservadas. Aprender a ser uno más en tu orilla de devociones, un nazareno de la Paz, ni más ni menos… y sentirme cerca de Vosotros alimentando mi alma con el maná de vuestra mirada y la gloria de vuestro aroma.
Aunque pasen los siglos,
si la Virgen lo manda,
siempre habrá en Capuchinos
sed de Paz y Esperanza.
Guillermo Rodríguez
miércoles, 20 de marzo de 2013
Vía Crucis N.P.J. de la Humildad y Paciencia
Magnífico reportaje de nuestro compañero Antonio Poyato del Solemne Vía Crucis celebrado en honor de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, como es tradicional, el Martes de Pasíón.
Recordatorio Despojado
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